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La piscina suspendida de Londres y el valioso aporte de Atlas Concorde

06 February 2023

Nadar por el cielo parece un sueño. En cambio, poder nadar entre las nubes en Londres se ha convertido en una realidad exclusiva desde que se inauguró la primera piscina suspendida del mundo en Embassy Gardens. El escenario, tan reluciente como lujoso, es el de Nine Elms, un codiciado barrio a orillas del Támesis, en cuyo perfil urbano se ve flotando la piscina más visionaria jamás imaginada.

Se inauguró el 19 de mayo de 2021. La Sky Pool (o “piscina en el cielo”, como ha sido acertadamente bautizada) mantiene a los transeúntes en vilo y con la mirada alzada, mientras desde sus veinticinco metros, 14 de los cuales están suspendidos en el vacío entre dos edificios, los nadadores observan a quienes caminan por la acera, revoloteando como pájaros. El entorno ya era prestigioso, pero en el año 2013 la comunidad desarrollada por EcoWorld Ballymore en Nine Elms lamentó la falta de un elemento adicional de lujo para completar su colección de instalaciones de ocio: la terraza panorámica con una arboleda colgante de cítricos, el majestuoso cine privado de paredes rojas, un gimnasio de nivel que puede competir con los clubes más codiciados de Equinox, la suite lounge y el exuberante jardín no eran suficientes. El equipo creativo de Ballymore se dio cuenta de que faltaba un servicio: una piscina al aire libre. El único espacio que podía albergarla era el techo, pero su tamaño no era suficiente para diseñar una piscina digna del nivel necesario. De ahí nace la idea de lanzarla al vacío, fantaseando con lo que sería la primera piscina suspendida del mundo, que se diseñó con un estilo mínimo y transparente para hacerla aún más impresionante.

La piscina suspendida más grande del mundo

Así nació la estructura de piscina acrílica autoportante más grande del mundo. Su impacto instantáneo como característica londinense se debe mucho a su esencialidad. El aporte del gres porcelánico efecto piedra de Atlas Concorde, utilizado para los pavimentos de las terrazas, fue decisivo para su realización. El proyecto de una piscina suspendida es icónico y combina a la perfección con los materiales que tienen un aspecto atemporal. Sin embargo, el gusto estético por sí solo, las ideas fuera de lo común y un buen sentido de la elegancia no bastan para poner en marcha un proyecto así. Igualmente decisiva es la pericia técnica que permite que la Sky Pool permanezca suspendida en el cielo. Concebido teniendo en cuenta los movimientos a los que pueden estar sujetos los edificios debido al viento o a las pequeñas vibraciones del terreno, el proyecto contó con la colaboración de EcoWorld Ballymore, empresa líder en regeneración urbana, los arquitectos del estudio Arup Associates (creadores de la Ópera de Sydney, entre otras obras), los ingenieros de Eckersley O'Callaghan y los diseñadores de Reynolds, empresa especializada en materiales para acuarios que suministró los paneles de cristal. Hacer flotar una piscina de tres metros de profundidad y capaz de contener 375 toneladas de agua con vistas al London Eye no era un reto fácil. Fue necesario realizar una serie de pruebas de resistencia en las instalaciones de Reynolds, Colorado, antes de la compleja expedición a través del Atlántico en un viaje de tres semanas. Era imprescindible realizar una serie de análisis de comportamiento para garantizar que la estructura no se derrumbara, para contrarrestar el comprensible temor de quienes son conscientes de que nadan en el vacío pero que, desde el punto de vista de la ingeniería, había que resolver en la fase de diseño. Así, ingenieros y arquitectos acordaron un marco acrílico de veinte centímetros de grosor con una base de algo más de treinta centímetros de altura y tres metros de profundidad.

Un verdadero reto para la ingeniería

A simple vista, la piscina suspendida se ve completamente transparente y parece una caja de cristal flotando en el aire, pero por liviana que parezca, trasladarla primero sobre el océano y luego colocarla encima de dos edificios no fue un proceso fácil. "Levantarla fue un trabajo que requirió extrema precisión, pues había una tolerancia de apenas 30 centímetros en la instalación de la piscina en el armazón de acero", explicó uno de los diseñadores de EcoWorld Ballymore. Una vez colocada, esta piscina que había recorrido el Atlántico se convertiría no sólo en una de las piscinas climatizadas más exclusivas del mundo, sino también en la mayor pieza de acrílico portante que existe. La idea de la sección fluctuante resolvía varios problemas a la vez: en primer lugar, era la única que no implicaba sacrificar el tamaño de la piscina, lo que permitía a quienes nadaban ver la calle y a los pasantes de la ciudad mediante un prisma de agua en medio del cielo. Con la idea de maximizar el impacto visual de un objeto a todos los efectos inédito, los arquitectos instalaron los sistemas de filtración y todos los mecanismos de funcionamiento en los dos extremos de la piscina, dejando los 14 metros centrales libres de cualquier adorno. Tan minimalista como la habían soñado.

El gres porcelánico de Atlas Concorde, un encuentro entre belleza y funcionalidad

Para completar el encuentro entre belleza y funcionalidad, el acabado de las terrazas se realizó con los azulejos de gres porcelánico efecto piedra de Atlas Concorde, que contribuyen a crear un espacio que transmite tanto estilo como funcionalidad. Gracias a características particulares, como superficie antideslizante, higiene, durabilidad, resistencia a los agentes químicos y a la humedad, los azulejos de Atlas Concorde son perfectos para este tipo de pavimentos. El diseño y la fiabilidad técnica de los materiales han logrado que esta doble terraza londinense sea un lugar donde el bienestar se convierte en sinónimo de seguridad y fiabilidad.

Seleccionadas en un tono sutil que responde plenamente al estilo urban chic, las superficies de gres porcelánico efecto piedra se colocaron sobre una estructura especial que evita daños en caso de fuertes vientos y sobre un suelo elevado para poder aligerar el proceso de pavimentación. La elección de un suelo elevado es una opción que facilita el acceso rápido, especialmente en contextos en los que el mantenimiento de la piscina y sus instalaciones es importante. Formar parte de un proyecto tan ambicioso demuestra cómo los productos Atlas Concorde pueden satisfacer los requisitos de diseño más audaces, gracias a una gama de soluciones que responden y se anticipan a las tendencias del mundo del mobiliario urbano. La idea de la estructura, inspirada en el Meatpacking District de Nueva York, era ampliar los límites de la construcción y la ingeniería, trayendo al presente el futuro del diseño. Desafiando ahora el perfil urbano de la ciudad de Londres, la hermosa piscina flotante es un espejismo listo para recibir a los residentes de Embassy Gardens, que pueden ir nadando de un edificio a otro, con el único inconveniente de encontrarse llamando a la puerta del vecino en traje de baño y quizá todavía un poco mojados, pero sin duda con una mirada absolutamente maravillada.

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